#20: Sila Lua

Queridx lectorx,

Quería compartir contigo que, últimamente, pienso mucho sobre qué es exactamente lo que pretendo conseguir con mi actividad artística. ¿Por qué escribo ahora esto? ¿Por qué estuve en el estudio ayer y rodé un videoclip el lunes? Antes no pensaba mucho en ello, pero lo hacía porque me entretiene y porque me emociona provocar que ideas que me rondan la cabeza se hagan realidad. Hay un matiz sobre lo último y es que, en mi experiencia, nunca nada se acaba materializando tal y como lo imaginaste, si no que más bien se va construyendo en el camino. Una debe comprometerse a seguir un pensamiento o emoción hasta el final y solo entonces, tras varias aventuras y algo de paciencia, aparece un resultado. Muchas veces llegar a ese primer resultado te sumerge en tal concentración abstracta sobre un tema que, inevitablemente, acabas queriendo profundizar más y más en él. Piensas: “Ya he visto que puedo hacer algo [véase un primer álbum en mi caso]. Ahora ¿cómo puedo hacer ese algo mejor?”. Suele darse que una primera experiencia potente o bien te espanta o bien te incita a buscarla de nuevo, más y mejor. 

Me gusta pensar en la música como una puerta que un día se abrió ante mí y que yo, un poco sin más, crucé. De golpe se cerró y me dejó aquí dentro, en una habitación de techos altísimos llena de otras puertas y ventanas que no puedo resistir el impulso de abrir. ¿Por qué entré? No es importante. ¿Por qué ya no quiero volver atrás? Lo es más.